We love haters!

En una ocasión, un genio abrió una convocatoria para que se postulen candidatos a ser su asistente personal. Al día siguiente, una docena de fanáticos y admiradores del genio y su trabajo se presentaron en su oficina pretendiendo ocupar ese lugar para ser su mano derecha.

El genio, luego de conversar brevemente con cada uno de ellos, les pidió que se retiren y vuelvan a sus hogares; entonces abrió una nueva convocatoria: Convocó a todos sus haters para que asistan a una reunión privada.

Al otro día un solo hombre se presentó en el lugar, de todos ellos ese era el único con el coraje de decirle las cosas de frente; el genio lo miró y le preguntó qué pensaba sobre su trabajo, el tipo estaba en total desacuerdo con cada punto que el genio planteaba, entonces el genio le extendió la mano y le dijo: Si ustedes pretende continuar en esta postura, ¡Está contratado!

Tiempo después, un amigo de este genio lo visitó mientras estaba trabajando y en algún momento logró notar el tipo de relación que tenían estos dos (el genio y su asistente) y le pareció totalmente irracional; sin embargo guardó silencio hasta que estuvieron solos; y ya en confianza le preguntó a su amigo el brillante genio: -¿Cómo es que contrataste de asistente a un tipo que te lleva la contraria en todo? Le preguntaste sobre tal teoría, estaba en desacuerdo; le consultaste sobre una idea, no le parecía; le planteaste un teorema y te discutía. Con toda la gente que admira ¿Ésto es lo mejor que conseguiste? El genio le respondió: -Es lo mejor y lo que espero. En la primer convocatoria que hice se presentaron muchos admiradores y ávidos lectores de toda mi obra; pero de todo lo que les decía estaban fascinados, todo me lo aprobaban, todo me lo celebraban, yo pudiera decir una estupidez y me lo aplaudían como su de una genialidad se tratara. ¿De qué me sirve? si yo pudiera equivocarme y ellos me darían la razón, en su afán de admiración jamás me cuestionarían nada; los mandé a todos a sus casas.

Al día siguiente hice una nueva convocatoria, invité a mis haters, los que odian mi trabajo, los que siempre me critican; como bien sabrás son muchos más que los que me admiran, sin embargo solo uno se presentó a decirme todo en cuánto yo estaba mal a su parecer.

Éste no me celebra todo, al contrario; todo lo bueno que pudiera hacer me lo cuestiona y si me equivoco en algo el doble me critíca. El tener que dar respuesta a sus constantes desaprobaciones mejoró la calidad de mi trabajo y multiplicó exponencialmente mis resultados; si antes me consideraban un genio con todas las falencias que podía tener en mis ideas, en mi redacción, en mi punto de vista; hoy me consideran eminencia por los impecables resultados desde que lo tengo a él a mi lado.

Este relato va dedicado a todos los haters que día a día, a quienes creamos, nos dan más motivos para seguir acertando; y aunque nunca nos den la razón, realmente les debemos mucho porque nos han hecho mejores en más de una ocasión.

Hay una realidad explícita en esa historia, no voy a entrar en muchos detalles porque ya se cuenta por sí sola; pero por si alguien no la entendió, aquí les va: Rodearte de fans nunca te ayuda a crecer, los admiradores te mantienen en una zona de confort. Tener a alguien que te critíca, y tenerlo cerca, te obliga a mirar dos veces, a encontrar errores a mejorar la calidad y consecuentemente: a ser mejor.

Esta historia la pensé y le di forma y la redacté en tan solo un par de horas a causa de que anoche subí un video a una plataforma y un desconocido dejó varios comentarios burlándose y criticando el contenido del video; le respondí de una forma un poco sarcástica (he de reconocer) y me respondió una vez más burlándose y no hablamos más. Dos horas más tarde me llega una notificación de que se acababa de suscribir a mi página.

Por este caso y muchos más, gracias a todos los haters que están siempre al pendiente, se que en el fondo son nuestros más profundos admiradores. #WeLoveHaters