Dicotomía
- Navegante Literario
- 8 ene 2024
- 2 Min. de lectura
Un hombre como cualquiera, siempre que esté dispuesto a reconocerlo.

Un tipo disgustado de sus propios gustos, amiguero cuando no solitario, dadivoso cuando no avaro.
Un sujeto sometido a una constante batalla, sin descanso, de sí mismo contra su otra mitad.
Tapa y contratapa de un mismo libro, de nobles actos y miserables acciones; o viceversa.
Perseguido por sí mismo, una parte busca el bien, la otra busca el mal; ambas se corroen.
Alma inquieta que persigue nobleza y buena virtud, pies que corren presurosos al mal.
Porque lo que hago, no lo entiendo; porque no practico lo que quiero hacer, sino que lo que aborrezco, eso hago. - Romanos 7:15
Mi mano derecha le da al que no tiene, la izquierda guarda para sí hasta lo que no necesita.
Escondo mi humildad en mezquindad, o viceversa.
Mis manos siembran bondades, mis pies pisotean la tierra.
Díganme Dr. Merengues, no responderé. Soy humilde en admitir mi pecado, orgulloso para reconocerlo.
Una parte de mí quiere abrazar, la otra golpear; una busca amistades, la otra recluirse en soledad.
Buenas acciones con malas intenciones, malas acciones con deseos de fracasarlas.
Mi corazón busca el bien, mi parecer busca el mal.
Somos dos, mi yo honesto, amable, amoroso; mi yo perverso, detestable, aterrador. Estamos en el juego final.
Mientras una parte persigue la vida, la otra se deja vivir; ¿O se dice morir? da igual, el tiempo pasa.
Pensamientos puros y palabras necias. Pensamientos necios y palabras puras.
Quizás mis mejores momentos sean los más terribles.
Mi espíritu busca lo eterno, mi humanidad es mi pero enemiga.
Llena eres de gracia, ruego por nosot... no, me equivoco.
Corro contra mí mismo, me persigo, caigo en artilugios de escrib... no, me equivoco.
Un individuo ¿tibio? No soy ambivalente, ¿Desequilibrado? No, tengo todo en orden.
¿Conflictuado? Cada oportunidad es un conflicto, cada lucha es una oportunidad. Venceré. ¿Cómo? ¿Quién gana entre dos oponentes? ¿El más capacitado por naturaleza? No, esa sería mi condena. Gana el que más se entrena y mejor se alimenta.
Mi mano derecha le quita a la izquierda lo que no necesita, lo da.
Mis pensamientos puros caen hasta mi lengua como palabras necias, mi boca calla.
Mis pies corren presurosos a hacer el mal, mi cuerpo se lanza a tierra, no logro mi cometido.
Me detengo, miro a mi alrededor. Muero.
Mueren conmigo mis deseos, mis gustos, mis pareceres... estoy alardeando otra vez, muero. No sé cuantas veces ya.
Me equivoco, tropiezo corriendo hacia la luz, no pensando en el mal; él me levanta. Me ha dicho que si caigo 70 veces... Justificado, no por mí mismo.
Fallé, no lo hice pensando en el mal; erré en un esfuerzo increíble de ser lo mejor de mí. Mi primera victoria.
Prosigo a la meta. Muero.
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